
Me encantan las historias donde la gente se salta las normas y convenciones. Donde no hay obstáculos, puertas cerradas o "nos" que hagan cambiar el rumbo. Y da igual que todos piensen lo contrario, porque si persigues un sueño, persigues un sueño.
Por eso me ha encantado la historia de Regina Mayer y su vaca Luna. Suena a broma, pero es tal cual: como sus padres no le compraron una caballo, su sueño era hacer equitación, pues decidió invertir su tiempo y esfuerzos por convertir a su vaca Luna en lo más parecido a un caballo. Y ahora monta con ella por los campos de Alemania y lo más sorprendente es que incluso le ha enseñado a saltar vallas.
Genial!
Aquí la historia completa.
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